El viernes por la noche me encontraba en casa viendo la predicción meteorológica para el finde y pensando… joder!! un finde de puta madre, por fin sol y nada de nieve, lluvia o bajas temperaturas… y yo me lo voy a pasar encerrado en casa estudiando. Pero tan pronto como lo volvía a pensar me dije: imposible, yo mañana escalo al menos medio día. Asi que llamé a mi colega Sergio a ver si nos echabamos una escaladita por Alquézar el sábado, que sabía que es un buen lugar para estar en invierno y además las rutas son 5 estrellas.
El sábado a las 9 y media de la mañana me encontraba en un pueblo encantador, lleno de cultura e historia y en cuyos alrededores se podía divisar roca llena de vías, vaya lugar más guapo.
Era el primer día de este año que escalo por tierras peninsulares por lo que me olvidé de encadenes y vías duras y me dediqué a hacer rutas bonitas para rodar. Al final de la mañana Sergio le dio un tiento a su proyecto, un 8a muy bonito que finalmente se lo llevaba en el bolsillo, enhorabuena!!.
También andaba por allí Geoffray De Flaugergues, un niño de 14 años que andaba probando El templo del café, y doy fe de que no le iba nada mal.
Esto es lo que ha dado de sí una mañanita de febrero escalando en un lugar espectacular.
Saludos.