Otro día más probando el proyecto, tres pegues a muerte, y tres caídas en el último paso, pero ya falta poco.
No sé si tendré la oportunidad de volver a Margalef para probar de nuevo la vía pero sería una pena si no lo hiciera ya que está a punto desde el primer día que la probé. «La corva de la felicitat» es probablemente mi último objetivo antes de volver a casa y la verdad es que sería una satisfacción muy grande poder ponerle el punto rojo para entonces pero no se puede tener todo cuando uno quiere. Hay que saber ser paciente y disfrutar de cada uno de los días de escalada a pesar de no encadenar, ese es probablemente el mejor escalador.
Al día siguiente, el domingo, volvimos al Racó de la finestra y para cambiar un poco de aires me dediqué a probar algunas vías nuevas y dejar hechas otras pendientes como el famoso 7a de los monodedos que seguro muchas personas conocen y de cuyo nombre no me acuerdo. Por cierto, que Víctor Montilla se anota «Fenoman», el bicho está más fuerte de lo que cree.
También estos días aprovechando unas vueltas que he dado por el Pirineo me he parado en Cavallers para probar algunos de sus bloques de granito y es que, a pesar de estar solo y sin crashpad, su tapiz verde invita a dar unos tientos a algunos de los bloques con caídas más limpias, y la verdad es que hay muchos de muy buena calidad.
Espero tener que publicar algo dentro de poco en este blog, y si no es así hasta pronto para la gente de la islita.
Al hombre de cromañón no le hace falta colchona ni caidas limpias. Si se cae no se hace daño, hiere al suelo.
Auuuuuuuuuuuh!!!
Venga animal a muerte con ese encadene :O)
Maestro, el ultimo paso es mental, dile a tus antebrazos que solo son dos segundos mas…
Vente a Rodellar y estudias por aquí, que todavía está habitable esto. Yo estaré por aquí hasta mediados de junio (en principio).
Un abrazo maestro